Formación
Hay que adaptarse a los cambios de esta nueva estructura social
Panamá
La formación del ciudadano global enfrenta nuevos retos tras la pandemia
La era del covid- 19, ha producido cambios significativos en la administración pública y privada, aceleró los cambios tecnológicos, culturales y sociales, reconfiguró un nuevo mundo, que a impacto a todas las organizaciones, para adaptarnos a la ‘normalidad adquirida'.
El diccionario de la Real Academia de Lengua señala, que la competencia proviene del latín competentia, significa competir y se refiere a una disputa, rivalidad entre dos o más personas, que aspiran a lo mismo. Puede entenderse de varias formas, cuando hace referencia a la capacidad y sabe cómo hacer una determinada acción en el contexto de la competitividad. Es un concepto confuso que no está claro, si se refiere a las personas, cuando son capaces de hacer algo, o que hacen para alcanzar el éxito.
Uribe y López (2009) y Charria y Sarsosa (2010), proponen una distinción de las competencias genéricas que denominan; competencias académicas, asociadas a condiciones básicas de aprendizaje escolar y comienzan a desarrollarse desde los primeros años de vida, orientadas por las instituciones de educación, se clasifican en habilidades básicas.
Competencia profesional son la capacidad que tienen las personas para llevar a cabo una tarea de manera eficaz porque posee calificaciones: capacidad adquirida para hacer un trabajo determinado o desempeñarse en un cargo. (OIT, 1993).
Competencia laboral, se consideran que no es suficiente las competencias profesionales para lograr un adecuado desempeño en el trabajo, se requiere trascenderlas y mostrar en el mercado como se desarrollan y relacionan directamente con comportamientos que ocurren el contexto laboral y que permiten ser más empleable.
Para desarrollar la competencia del ciudadano global deben conocer y comprender el mundo en que viven, defender el medio ambiente, contribuir a disminuir los riesgos del cambio climático, tener responsabilidad ciudadana y un papel más activo en la sociedad para ayudar a resolver los problemas que afectan el planeta.
La educación superior está llamada a jugar este papel protagónico, impulsando un nuevo modelo de ciudadanía activa que busca un mundo más equitativo y sostenible.
La educación debe desarrollar competencias que permitan adaptarse a los cambios de esta nueva estructura social, que dejó la década del 2020: tener responsabilidad digital, trabajar en el pensamiento computacional, desarrollar aulas colaborativas, implementar pedagogía innovadora. En política pública, impulsar habilidad para la vida y preparación para el trabajo del futuro. En lo social los aprendizajes deben estar dirigidos por estudiantes, conectando en línea por tutores y sus escuelas, practicar más el aprendizaje colaborativo. Lo estratégico deben enfocarse en tecnologías emergentes, aplicar el pensamiento complejo y aprender a interactuar con las tres modalidades académicas, presencial, semi presencial y no presencial.
El Foro Mundial (2021) indico que se requerirá 133 millones de empleos para automatización e inteligencia artificial. También estimó que para 2025, 85 millones de trabajos podrían ser desplazados, debido al cambio de división del trabajo entre humanos y máquinas. Surgirán 97 millones de nuevos empleos y la mitad de los trabajadores tendrán que volver a formarse en los próximos cinco años
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Hay que adaptarse a los cambios de esta nueva estructura social