Economía
Marcela Galindo de Obarrio, presidenta de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá.
Miembros de la Cámara de Comercio e Industrias istmeña se pronuncian acerca de la crítica situación del CSS y su agonizante programa de Invalidez, Vejez y Muerte.
Los dueños de empresas y comerciantes de Panamá se levantaron preocupados hoy domingo. No concilian bien el sueño desde que se ha hecho pública la agonía de una parte vital de la Caja de Seguro Social, el fondo del que todo panameño de a pie depende para jubilarse, para retirarse dignamente en sus años dorados a disfrutar de los nietos, de los truinfos y fracasos que reunió durante su vida productiva. Hablo del llamado Programa de Invalidez, Vejez y Muerte, mejor conocido por sus siglas IVM.
Miren que están con la cabeza tan grande que Marcela Galindo De Obarrio, la líder de Cciap, ahora escribe casi en prosa. "El diagnóstico estaba hecho, el paciente ya había conseguido una cama y sabía que su estado era crítico. La pandemia de COVID-19 y el consecuente aumento del desempleo y la informalidad agravaron exponencialmente las circunstancias del entorno y, con ello, se redujeron las posibilidades de recobro del enfermo, quien trágicamente continúa agonizando mientras espera que alguien tome el liderazgo que defina su suerte. Esta es la situación del programa de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja de Seguro Social (CSS), en la cual estamos representados todos los panameños", así empieza un comunicado tipo opinión enviado por la Cámara de Comercio e Industrias y Agricultura de Panamá (Cciap).
Honestamente, el primer párrafo de la opinión de Marcela parece una prosa pero es la realidad, (parafraseo el "parece chiste, pero es anécdota, de la célebre frase en frecuentes memes) casi compite con la canción de Juan Luis Guerra, esa que dice "el hilo fue bordado en un mantel"; haciendo alusión al no tan buen sistema de salud que había en su país.
Ustedes lo saben, allá en la Cámara de Comercio, (nombre cortito de la organización), hay un montón de cracks, gente ensacada que hace estudios, análisis, de cómo van los números de Panamá. Esta gente que siempre piensa en plata y que conviene que piensen así para que por medio de sus inventos digo inversiones, haya más plazas de empleos que beneficien a los ciudadanos y población internacional que ve en Panamá una tierra de bonanza, pues ellos, los ensacados señores y señoras, detectaron este dato: Lo cierto es, que ya desde el último parche al sistema que se introdujo hace 15 años, se sabía que solo se estaba comprando tiempo. La necesidad de una reforma estructural, la cual resultaría dolorosa para todos, era inminente. Sin embargo, ninguna de las administraciones gubernamentales quiso asumir el reto, sin mayor justificación que evitar el tener que atender un problema de esa envergadura y su consecuente costo político. ¿Y es que acaso el rol principal del Gobierno no es implementar las medidas que generen el mayor beneficio para nuestra población por encima de las consideraciones políticas?", dice el comunicado de opinión de Galindo de Obarrio.
Sigamos, para no perder tiempo: "Más del 80% de la población cotiza en la CSS con la expectativa de recibir una pensión cuando ya no puedan ser parte de la población laboralmente activa. Lo cierto es que, en la década de 1940, cuando se creó la institución, las personas vivían un promedio de 10 años más después de la edad de jubilación; hoy la expectativa de vida se ha extendido a más de 25 años y continúa extendiéndose. La matemática simplemente no da, los aportes y sus rendimientos no alcanzan, y por razón de ello se han drenado las reservas al punto en que están por desaparecer.
Cuando usted termine el párrafo de aquí arriba, puede inferir con propiedad, que la cosa está color de hormiga. El panorama no es nada alentador para nosotros los cotizantes de la Caja de Seguro Social.
Pero, continuemos leyendo a Marcela: "La Junta Técnica Actuarial determinó que el tiempo se acabó, las reservas alcanzan hasta el último trimestre del año 2023. Se nos muere el paciente y con ello no solo tendremos que introducir los cambios estructurales que por años hemos evitado implementar, sino que el costo por estar hospitalizados por tanto tiempo será más alto para todos".
!Ay padre! ya me va dando a mí un faracho, y eso que me faltan años luz para jubilarme, pero más ataque le iba dando a mi profesor de economía ayer. Uno de esos cerebritos que lo invitan a que resuelva embrollos como este en el gobierno y que ha ayudado en muchas ocasiones, pero hasta Él siente una cosa en el pecho, se toma una pastilla para calmarse en la clase y nos dicen, "no, no me digan nada porque me jubilo este año" y, por lo visto, Él mismo es consciente de que no le va a tocar nada. Es que peor: no va a ver el dinero de su jubilación. Gracias a Dios tiene cuenta en una empresa jubiladora privada, porque hombre precavido...
Mejor sigamos con la opinión femenina en este conflicto que para despedirse hace un llamado enérgico. Dice que basta de tonterías que se pongan a trabajar lo que por 15 años han chifeado. Léalo usted mismo(a): "Por más de 15 años, la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) ha insistido y ha hecho llamados por reformas urgentes a la estructura y gobernanza de la CSS. El Gobierno Nacional no tiene más tiempo y tiene actuar".
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