Opinión
En mi propuesta de celebrar el BICENTENARIO de nuestra Independencia de España, he tratado de justificar la ‘urgencia notoria', del debate históri...
En mi propuesta de celebrar el BICENTENARIO de nuestra Independencia de España, he tratado de justificar la ‘urgencia notoria', del debate histórico sobre la panameñidad, tarea que se viene construyendo hace 500 años y que siento sobre ella, una amenaza peligrosa, ante la falta de un pensamiento creativo, que le dé seguimiento a la panameñidad con un nuevo proyecto político nacional con luces largas. Derrotar ese desgano, ese derrotismo, esa impotencia y frustración colectiva es de urgencia nacional.
Muchos me han planteado, ‘que deje eso', que lo importante es el presente y que dejemos de mirar el pasado. Estos comentarios, son los que me llevan a seguir impulsando la urgencia de RESCATAR LA MEMORIA HISTÓRICA y despertar en las nuevas generaciones un sueño de grandeza, impulsado por todo lo bueno que hayamos podido hacer en estos 500 años de historia y en estos 200 años de esfuerzos independentistas.
Por eso seguiré pidiéndole al Gobierno Nacional que organice este Bicentenario Independentista con energías y a la sociedad civil, que aporte con sus iniciativas en esta conmemoración.
La sociedad civil, tiene energías propias, para acometer la tarea. Estoy seguro que las fundaciones sin ánimo de lucro, los clubes cívicos, los sindicatos, los empresarios, los grupos de profesionales, las iglesias, los grupos originarios, pueden ser convocados y organizar un gran COMITÉ CÍVICO NACIONAL POR EL BICENTENARIO y lo mismo puede hacerse en las provincias con los COMITÉS PROVINCIALES, para que se reviva esa historia dormida, que existe, que se desconoce, pero que está allí y que puede servir para inspirarnos y construir ese futuro de esperanzas, que hoy parece naufragar y morir. Ese milagro que esperamos que hagan los demás, lo podemos y debemos hacer nosotros mismos, si confiamos en nuestras propias fuerzas y en las viejas ilusiones inconclusas. Los viejos, tenemos el deber de allanar para las nuevas generaciones esos caminos. Demostrarles a los panameños de hoy y al mundo que hay una historia que vale la pena conocer. Intentemos hacer la tarea. ¿Qué perdemos? Nada. ¿Qué ganamos? Mucho.
CÓNSUL DE PANAMÁ EN PERÚ