Opinión
Después vinieron las distorsiones y los posteriores debates sobre las batallas entre los David y Goliat
Tan sencillo como ganarse un espacio dentro de la política y luego aspirar. Los talentos dentro de los colectivos se desarrollaban con fluidez y solo los más resistentes son capaces de soportar el paso del tiempo. La regeneración de los liderazgos marca los procesos, tanto en los exitosos como en los fallidos.
Luego vino la sociedad civil organizada, misma que exigió cambios en el Código Electoral por considerar que las reglas no eran justas para las candidaturas por libre postulación. El dilema en sí, se da a partir del financiamiento de los dineros públicos para las campañas electorales y la formación política.
Después vinieron las distorsiones y los posteriores debates sobre las batallas entre los David y Goliat, dejando en visto, todos los criterios de la función democrática por los cuales se instituyeron estas prerrogativas que existen dentro del sistema electoral panameño.
Casos como el de Balbina Herrera, Juan Carlos Navarro, Alberto Vallarino, Marco Ameglio, Ana Matilde Gómez, Genaro López y Saul Méndez, entre otros candidatos presidenciales, que luego de años de fragor político, terminaron revaluando sus posibilidades en otros ámbitos menos ambiciosos.
Resultaría irónico pensar que la sociedad civil organizada, maneje aun la teoría de que esto, es más, una oportunidad, que algo que se construye durante el sacrificio de toda una vida, y a un gran costo. La política no es fácil, ya que lo que se disputa es el poder y la administración de los recursos de un Estado.
De allí, surgen todas las formas posibles de combate electoral, dando como resultado aspectos desagradables en la conducta de los seres humanos que participan en la política.
Es posible que en el algún momento se cuele algún llanero solitario en la presidencia, pero no será, uno tan solitario, como algunos sectores inexpertos en la materia lo idealizan. La política se hace en la calle, con gente de a pie, con la camisa sudada y con mucho billete en el bolsillo.
Periodista