Opinión
AFLICCIONES, que el SEÑOR ha escuchado mi llanto!
¿tienes problemas? ¡Ja!, eso es preguntar si la lluvia moja. Por mucho que huyamos, nos escondamos, los ignoremos: los problemas forman parte de la vida. Bien dice la Escritura: ‘en este mundo afrontarán AFLICCIONES'; y AFLICCIONES significa en el texto original: ‘presión, estrechez, angustia –mental o espiritual-, persecución, sufrimiento, opresión'. Es decir, te sientes presionado en el trabajo o en casa o en los estudios, atraviesas estrechez económica, te acosa la angustia, sufres y te oprime la enfermedad, te persiguen tu pasado o hábitos dañinos, etcétera: entonces ‘enfrentas AFLICCIONES propias de este mundo'. Un cuadro similar atravesaba David cuando escribió el SALMO 6:5. Sin embargo, el corazón se me puso chiquitito al ver que David, en medio de su enfermedad, problemas, dolor, culpa y lágrimas, se preocupaba por esto: ‘-¿quién ALABARA a Dios si me voy al infierno?-'. Imagínate, ¡David estaba preocupado por Dios, en vez de preocuparse por la dura circunstancia que atravesaba! Ahora bien, en medio de la tribulación, ¿qué nos preocupa a ti y a mí? ¿Las expectativas de Dios, o las nuestras? ¡Mejor no respondamos! Pero, tengamos la seguridad de que si hacemos como David, diremos como él en el mismo SALMO: ‘¡Apártense de mí, AFLICCIONES, que el SEÑOR ha escuchado mi llanto! El SEÑOR ha escuchado mis ruegos; el SEÑOR ha tomado en cuenta mi oración'. Es decir, ¡el Señor me tiene una solución, una salida, una respuesta, un milagro…si no lo pierdo de vista a Él! ¡ALÁBALO!SALMO 6:5 ‘…en el Seol (infierno)…'