Opinión
La pandemia del Covid-19 y sus estragos en la humanidad acapara toda la atención de la gente. El mortal coronavirus le quitó la careta a la humani...
La pandemia del Covid-19 y sus estragos en la humanidad acapara toda la atención de la gente. El mortal coronavirus le quitó la careta a la humanidad dejando al descubierto y más evidente que nunca, sus fortalezas y debilidades. La corrupción, la negligencia, el juega vivo, el oportunismo, la desigualdad, el conflicto de intereses y la hipocresía del capitalismo salvaje, entre otros males, se ven como agua hirviendo en la sociedad. La balanza parece perder el equilibrio entre lo bueno y lo malo, se inclina cada vez más hacia lo malo levantando como una hoja la ética y los valores que vuelan para perderse en el abismo. El asunto es más grave cuando los poderes económicos intensifican su retórica para justificar sus acciones que exigen a gritos medidas que se ajusten a sus intereses. El trillado escenario de posible crisis, recesión, estancamiento, colapso, derrumbe o descalabro económico no solo se aplica al país. Es un asunto de todas las economías del mundo que exige un cambio radical en sus políticas.La economía es una actividad de los seres humanos. Se puede recuperar, moldear adaptar, reciclar, evolucionar etc. La vida es la existencia, sin ella, todo termina. Basta ya de retóricas, en esta pelea, por la raza humana, no hay espacio para el beneficio económico a cualquier coste. Es decir, la codicia indiscriminada por riquezas mal habidas. La obtención de beneficios financieros no es mala, siempre y cuando se logre con trabajo y esfuerzo sustentado en la ética y en la búsqueda sincera del bienestar del ser humano (honestidad , solidaridad y justicia social)
PERIODISTA Y PROFESOR