Opinión
¡Quiero aprender!. Es el nombre de un recordado libro que acompañó nuestros años de infancia y también es el deseo siempre latente por saber.
¡Quiero aprender!. Es el nombre de un recordado libro que acompañó nuestros años de infancia y también es el deseo siempre latente por saber, inculcado por nuestros padres y también por esos seres especiales, convertidos en guía y faro para iluminar el sendero del conocimiento. Son nuestros queridos maestros y maestras, que hoy conmemoran su día. Por todo, gracias, gracias y mil gracias.
Ser maestro no es fácil. Es prácticamente un apostolado. Es sentimiento, preparación y verdadera vocación. La demanda laboral requiere de un mayor compromiso, adquisición de nuevas habilidades sobre todo tecnológicas mas su integridad y aporte a chicos y grandes, contribuyendo a su formación personal y profesional, con principios y valores, no tiene precio.
Los riesgos son muchos mas el reto se impone. Es una tarea titánica por preparar nuestra presente y futura generación, en situaciones desfavorables muchas veces. Hoy hago un alto para reconocer figuras que atienden con amor incondicional a estudiantes con discapacidad, que dan más de la ‘milla extra' por sacarlos adelante pues son angelitos tan panameños como tú y como yo.
De corazón, maestros y maestras, les digo: ¡Quiero aprender!. Es una máxima de ayer, hoy y siempre. La vida no nos alcanzará para agradecerles por tanto. Felicidades y que ¡Dios les BENDIGA!.