Opinión
Contra las Cuerdas de El Siglo del 14 de noviembre del 2017
Rectos de izquierda, ganchos de derecha al hígado y uno que otro volado a la cabeza le están soltando a los trompadachines que están embarrados en la cartilla de los cariocas, donde la danza de chenchén fue grande.
Tanto es así, que hasta una de las exprocurosas fue al gimnasio público con su guardia arriba, para intentar tomar distancia de este pleito, donde hay hasta uno del arnulfero bailando la tirinana.
Lo cierto es que la afición quiere que así mismo como conectaron a algunos enzapatillados, pugilistas de otras cuadras que estén metidos en el baile, sean enviados a la lona en las primeras de cambio.
La cartilla de los cariocas se pone cada días más caliente y la afición espera que a todos esos que llenaron sus arcas pegando muchos golpes bajo el cinturón, los suenen en el mentón y los dejen fuera de combate.
Asalto, tras asalto se siente más la tensión en el ‘ringside' y en las tribunas todos están a la expectativa y haciendo apuestas sobre qué otros púgiles están pasando agachados en este escabroso combate, que ha sacudido tinglados de Latinoamérica y donde pesados han caído.