Opinión
Contra las Cuerdas de El Siglo del 21 de noviembre del 2017
El pleito interno en la cuadra enzapatillada se está poniendo color de hormiga, los 17 que le dieron la espalda en la velada titular en la 5 de mayo, afirman no tener miedo y están dispuesto a intercambiar golpes en el centro del ring.
Hasta el yeyé, que sueña con la corona pesada del patio, dijo que levantará su guardia para defenderlos. Mientras que el Kid Antonero no teme a sus rivales, porque piensa que no tienen la pegada para enviarlo a la lona.
Mientras esto pasa, el Locario sigue encerrado haciendo sombras. El promotor del disco rayado espera fecha para su retorno a nuestros tinglados, donde tiene una larga lista de rivales que lo quieren ver de espalda en la lona.
Esta cuadra así como saltó a la fama, se vino abajo. Ya en sus entrenamientos en las carreteras no se ven ni prospectos. La mayoría de las veces al que se ve es al eterno Macho Camacho, que debe tener las condiciones mermadas de tanto ajetreo. Tratar de mantener vigente la imagen del Locario, su jefe, no es fácil.
Lo cierto es que en el 2019 tendrán las cosas muy duras si siguen con este patrón complicado de combate.