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Opinión

Los peligros del odio, rencor y venganza

Los peligros del odio, rencor y venganza

lunes 20 de noviembre de 2023 - 12:10 p.m.

Y mientras se da la pasividad de la administración Cortizo crecen el odio, el rencor y las ansias de venganza de un pueblo

Ayer me llegó un audio de una dama lamentando la muerte de su padre debido a los tranques de los universitarios. Al parecer el progenitor murió en la ambulancia que lo trasladaba al hospital de la Caja de Seguro Social. En su mensaje repetía, con los ánimos exacerbados, la frase… ¡los odio, los odio!, al referirse a los universitarios que no dejaron pasar a la ambulancia. También, recibí videos de enfrentamientos entre ciudadanos en la provincia de Chiriquí. Una fuente me informó que la actitud pasiva del gobierno es para evitar que esa lucha entre el pueblo termine en hechos muy lamentables.

Frente a esto le dije que esos silencios largos y ese argumento de esperar a que el fuego se extinga de manera espontánea está cobrando la muerte de varias personas por causas atribuibles al estado en que se encuentra Panamá. Y mientras se da la pasividad de la administración Cortizo crecen el odio, el rencor y las ansias de venganza de un pueblo que está secuestrado. Uno de mis seguidores me envió esta pregunta ¿Qué pasaría si los que sufren por los cierres van en masa a las oficinas de los revoltosos y les impiden la entrada y la salida? ¿Intervendría la policía para dispersarlos? ¡Señores del gobierno ustedes están permitiendo que se aniden condiciones humanas poco favorables para la concordia, el entendimiento y la paz de los asociados!

Ayer, como si fuera una decisión humanitaria, los voceros de los revoltosos, anunciaron que serían flexibles en la ciudad capital debido al juego de la selección mayor de fútbol. ¡Qué bien, “muchas gracias por ese acto generoso…patriótico!” ¡Fuera y mil veces…fuera por ese comportamiento nefasto… criminal! No solo son vendepatrias quienes en función de gobierno han destruido a esta nación, desde tiempos remotos… también lo son aquellos que mantienen secuestrado a todo un país con propósitos ideológicos extremistas.

Una dama, que en tiempos de estudiante era defensora de las causas justas, me escribió para argumentar que estoy utilizando el cuco del comunismo para disipar el movimiento patriótico… “Siguen viviendo en los sesenta con el miedo al cuco como estrategia para que nadie se rebele. Ese discurso de manipulación con alegorías de brujas y estigmatización debe ser desenmascarado. Desde cualquier ideología, la lucha es contra la corrupción, el oportunismo, las decisiones inconsultas, el enriquecimiento de una clase a riesgo de generaciones. Aquí solo domina la ideología del bolsillo, de las cuentas bancarias de la clase que más tiene y no le parece suficiente.” Hasta aquí la cita de esta persona que prefiere el anonimato. Cuando le pregunté del porqué me dijo que como funcionaria debe cuidarse.

Cuando llegamos a odios y rencores extremos como los que se vislumbran se pierde la capacidad de razonar y esta situación puede llevar al individuo a cometer actos de pronósticos reservados. Cuando surgen estos elementos los ánimos crecen; la lógica desaparece y surge doña venganza la cual es lo menos recomendable en estos momentos. Cada uno de nosotros tiene que tomar en cuenta lo que significa la administración correcta de las emociones. A pesar de las situaciones extremas no olvidemos la prudencia y la tolerancia. Haga un alto para reflexionar cómo el odio y el rencor le afectan en estos momentos y por ninguna circunstancia actúe influenciado por estos factores emocionales. Hay que darle paso al autocontrol. Si te encuentras en una posición de explosión mejor es que te alejes de los sitios conflictivos para que no seas traicionado por el exceso de pasiones. En lugar de buscar venganza, concentra tu energía en las soluciones constructivas para resolver conflictos. La comunicación abierta y el compromiso pueden ser herramientas poderosas.

Ayer, el padre Vicente de la parroquia Sagrado Corazón insistía en este tema. Y mientras daba su homilía pensaba en ese desborde de pasiones donde hubo dos educadores que fueron enterrados y quedó vivo y encerrado el agresor. Allí, las emociones traicionaron a ambas partes. Todavía recuerdo a una dama que le gritaba… ¡dispara, dispara! Ella también fue presa del exceso de emociones. En este instante lo que requería el momento era la tolerancia… la administración de las emociones. Si le hubiéramos dado el valor a estos dos elementos, esas personas estarían vivas y el agresor no tendría que estar encarcelado. De seguro que todos los actores que vieron el desenlace hoy se lamentan por no controlar pasiones y emociones. ¡Cierro, “agradeciéndole” a los patriotas por permitir que en la capital no tengamos problemas para asistir al estadio a ver a la selección mayor de fútbol! Parece que tenemos dos gobiernos… el callado y silencioso y el que habla a gritos cerrando calles y emitiendo resoluciones sobre cuándo podemos salir y cuándo debemos estar encerrados. ¡Basta ya de ambas posiciones y raya el 5 de mayo contra los que tienen secuestrada a la Patria y contra los que miran los toros desde la barrera! Le deseo un feliz lunes dentro de las circunstancias.

Docente universitario



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