Opinión
Cuando actuamos de mala fe con el prójimo, compañeros de trabajo, vecinos; que confían sus secretos en nosotros y solo esperamos que nos dé la espalda y lo divulgamos
Observando diversos programas de televisión durante la Semana Santa, me detuve para ver la película interpretada por Mel Gibson, la pasión de Cristo. Cuándo observaba el actuar de los personajes, Judas, Pedro, Poncio Pilatos, Herodes, vino a mi memoria, ¿cuántas personas en este momento, están actuando de esta forma?
Refiriéndome a Judas, que vendió a Jesús , por unas cuantas monedas; Pedro, que negó en tres ocasiones al Salvador, Poncio Pilatos, que a sabiendas, que no había suficiente argumentos para crucificarlo, se dejó llevar por lo que decía la muchedumbre de personas y, de Herodes que se creía el rey.
Cuando actuamos de mala fe con el prójimo, compañeros de trabajo, vecinos; que confían sus secretos en nosotros y solo esperamos que nos dé la espalda y lo divulgamos. Por temor a las personas terrenales, negamos la amistad de conocidos por el que dirán; en otras ocasiones, cuando sabemos la verdad sobre determinado hecho y no tomamos la decisión correcta, por las circunstancias que sean, sino, que esperamos la opinión espuria de los demás.
Esta relación de la pasión de Cristo, la podemos trasladar a las diversas instancias de los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y el Judicial y de otras autoridades. Cuando alguno de ellos no actúa de manera correcta, respetando el debido proceso y todos los derechos que consagra la Constitución, podríamos actuar de la misma manera con que fue tratado y juzgado Jesús.
Aprovechemos estos días para hacernos un mea culpa y hacer un cambio radical en nuestras acciones y poder vivir una vida en paz y armonía con los semejantes y con Dios.
PERIODISTA Y ESPECIALISTA EN DOCENCIA SUPERIOR