Opinión
Es por eso, añado yo, que la salvación se predica, no se explica
MI-SION: ‘vendo en una cesta el agua y la nieve en una hoguera'. Son dos versos de una de mis canciones favoritas del Grupo Mocedades: El vendedor. Pero, son tan hermosas, como ilógicas. ¿Agua en una cesta…nieve ardiendo? Y mientras oía estás locuras este fin de semana y las pensaba como tal, me vino a memoria las locuras e incoherencias de Dios. O por lo menos así califica el propio Señor las cosas del Espíritu de Dios, como una locura, pero para el hombre natural –es decir, aquel que no conoce o niega a su Creador-. Así también Dios dice que dispuso salvar a los creyentes por la locura de la predicación, en vez de darse a conocer al mundo por la coherente fórmula de la sabiduría. Es por eso, añado yo, que la salvación se predica, no se explica. Cómo explicar cosas tan locas como abrir el mar en 2, que llueva pan del cielo, que un chiquillo venza a un soldado profesional que le triplicaba en experiencia y altura, que 300 hombres venzan a un ejército de 135 mil soldados, que un ciego pueda ver porque le unten saliva con tierra en los ojos, en fin. La Biblia está llena de locuras. Sí, es locura a nuestros sentidos, pero sucede que en FE no nos guían nuestros ojos físicos –nuestros ojos, por ejemplo-, pues la Escritura dice: ‘andamos por FE y no por vista'. Así que tal vez te digan que es una locura creer que sanarás, o que Dios te restituirá lo perdido en ese negocio o proyecto, o que tu matrimonio será restaurado, o que tu soledad será llenada por la presencia del Todopoderoso...