Opinión
El licenciado Vicente Archibold presentó la querella en mi nombre y representación, dado que los hoy querellados
Los magistrados del Tribunal Electoral han pasado a ser querellados. Ello es así, desde el momento en que el Ministerio Público admitió una querella contra los señores Heriberto Araúz, Eduardo Valdés Escoffery y Alfredo Juncá, por la presunta comisión de delito Contra la Administración Pública en la modalidad de Abuso e Autoridad e Infracción de los Deberes de los Servidores Públicos.
El licenciado Vicente Archibold presentó la querella en mi nombre y representación, dado que los hoy querellados, han perjudicado –notoriamente- mis derechos ciudadanos, muy particularmente como precandidato a la Presidencia de la República por la Libre Postulación.
Los perjuicios notorios y públicos se dan por haber ordenado eliminarme, hasta ahora, más de siete mil firmas de respaldo en los libros que llevo entregados a los funcionarios del Tribunal Electoral. Ello es así, tanto para mí como para todos los candidatos por la libre postulación, desde el momento en que, los hoy querellados, se han negado a cumplir con el procedimiento que establece el Código Electoral y el Decreto 10 de 3 de Julio de 2017.
La ausencia notoria de criterios científicos y de un reglamento de parte del Tribunal Electoral, para poder rechazar las firmas de decenas de miles de ciudadanos, es un golpe artero a la participación ciudadana dada la forma abusiva de proceder.
El control arbitrario que practican los hoy querellados, para con las firmas de los ciudadanos, afecta tanto a los firmantes como a todos los que recolectan firmas para poder ser candidatos a cargos de elección por la libre, pero también a los partidos políticos en proceso de inscripción. El que algunos opten por guardar silencio ante la arbitrariedad, para congraciarse con los hoy querellados, no nos exime a los que siempre hemos defendido los Derechos Humanos y las libertades democráticas, de entablar la querella y las acciones legales, para que se realicen las investigaciones correspondientes ante la comisión de delitos que coartan las libertades.
La recolección de firmas, que debió respetarse como mecanismo de participación ciudadana, se ha visto desnaturalizada y contaminada por la antidemocrática actuación de los hoy querellados, que no han sabido ni querido, comportarse como guardianes de las firmas ciudadanas y han preferido ser sus verdugos. Catedrático universitario
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Los perjuicios notorios y públicos se dan por haber ordenado eliminarme, hasta ahora, más de siete mil firmas