Opinión
Del posiblemente manipulado cúmulo de propuestas era lo único a manejar y no se podía elaborar nada sobre esto
Llegó el show Bicentenario, y vuelven a fracasar en lograr consensos sólidos de país, en un apresurado intento de acuerdos que mezclan buenas ideas con malsanas intenciones, con la complicidad de un buen par de incautos y otros muy bien mandados partidarios gubernamentales metidos en los sacos de otras organizaciones u oenegés para disimular. Las intenciones al invitar a algunos gremios no era que aportáramos, sino que se justificara la supuesta consulta; aunque nos opusiéramos o tuviéramos disenso, no había ningún interés de oír nada, ni reformular nada, la carrera era rápida para darle su mamotreto de acuerdo con tintes de decencia, pero que al final no aterrizara en soluciones.
Del posiblemente manipulado cúmulo de propuestas era lo único a manejar y no se podía elaborar nada sobre esto. Amputando la capacidad técnica de los convocados a proponer. Luego de varios consensos en algunos temas muy buenos, la aplanadora progubernamental siguió tocando temas de un sistema de cobertura universal de salud pero sin claro financiamiento aprovechándose de la Caja, sin preservar la autonomía del Seguro Social.
Lo más jocoso fue que al tratar de regresar al sistema solidario, saltó el sector empresarial a defender su tesis del otro diálogo y se ahogó una propuesta necesaria para salvar las pensiones del país. Tampoco se quería tocar el tema de minería a cielo abierto y su daño a la salud, los aportes a pensiones por el canal, puertos, telecomunicaciones, gasolina de aviones, casinos y hasta de las ganancias del centro bancario. Solo quieren que el pueblo pague y sufra, pero los poderosos no. Consensos así, no es técnicamente correcto ni políticamente viable.