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Trasplantes de riñón, y existen 221 panameños en la lista de espera
Opinión
Contra las Cuerdas de El Siglo del 31 de octubre del 2022
Desde antes del combate, la cosa no pintada bien. Los golpes bajos empezaron antes de subir el ring y una vez que sonó la campana, alguien entendió que era un ‘todo se vale', como en la lucha libre.
El ring estaba ubicado en la UTP; y los tres peleadores se disputaban una silla con mucho poder, y una bolsa considerable y asegurada por cinco años. Siendo así, no eran pocos los incentivos que estaban en juego.
Los tres peleadores empezaron a ablandarse sin llegar a los extremos. Así avanzó la contienda hasta la tarde, cuando se decretó un ganador y empezó la la pataleta de uno de los perdedores (la dama). El otro aceptó con resignación su derrota.
Entre gritos de alegría de los seguidores del veterano campeón y los lamentos de la esquina perdedora, el público, dividido en tres grandes grupos: estudiantes, administrativos y profesores, terminó de ver la pela y se retiró a casa. La vía sigue, pensaban unos cuando se subían a los metrobuses y al tren y los docentes en sus guaguas de lujo.
La sorpresa fue que en la noche, un anuncio de esos que siempre hay, circuló y como que la dama que perdió quiere repetir la pelea.
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