Opinión
Estamos viviendo una lucha que comprometió y comprometerá a las futuras generaciones
Por el estado calamitoso en el que se encuentra la educación nacional, se hacía obligatoria su inclusión en la agenda de la Mesa del Diálogo. No ha sido coyuntural la exigencia ciudadana de que el Estado tomara medidas frente a los altos precios del combustible, los artículos el precio de la canasta básica y los medicamentos.
Estamos viviendo una lucha que comprometió y comprometerá a las futuras generaciones, pues ‘por las malas', no será fácil crear condiciones propicias para discutirlo ‘democráticamente'.
Como se evalúe la educación nacional, nada prometedor nos ofrece. Se piensa que fue el azar y no la lucha de muchos, lo que obligó que el Estado asumiera el deber de proveernos de ‘educación'. Si tenemos un aumento progresivo de estudiantes, por supuesto que el ‘servicio' demandará mayores recursos para salarios y estructuras.
Ante este situación alarmante, en el diálogo docente y administrativos se terminarán intercambiándose ‘culpas', pero con que ‘firmen la paz' nada se habría avanzado. Sería justo el aumento de salarios a los docentes, pero también seria justo con los contribuyentes, que se les exijan ‘resultados' óptimos. Solo por curiosidad quisiera escuchar los ‘descargos' de los docentes frente precariedad el nivel educativo que exhibe el común de los estudiantes panameños.
Sin dilación, debe salir de la Mesa del Diálogo la recomendación de una ‘Reforma Educativa', que sin sacrificar el conocimiento enciclopédico, se les enseñe el sentido de la responsabilidad; a pensarse ‘en positivo' como panameños; a recibir formación en la cultura del trabajo y el civismo.
La educación nacional está al borde del colapso, y a pesar de todas sus deficiencias, insiste en seguir ‘preparando' a miles de estudiantes para la vida universitaria, como que si la formación técnica-vocacional, no brindara oportunidades de éxito.
El Diálogo Nacional será un fracaso, si se pretende recargar de responsabilidades al Estado, y liberar de responsabilidades a los ciudadanos. La seguridad de que los acuerdos se respeten e impacten a la sociedad, está en que se acuerde potenciar al máximo todo el recursos humano disponible. De lo contrario, nuestros jóvenes serán fácilmente manipulables, pues podrán diferenciar ‘por sí mimos', lo que les conviene de lo que les perjudica.
ABOGADO