Opinión
Contra las Cuerdas de El Siglo del 25 de mayo del 2020
Con la cartilla coronada a flor de piel, en las graderías hay enojo entre la fanaticada por la clase de golpes bajos a las arcas del estado que se han estado destapando en los coliseos sociales.
Se trata de ganchos tan fuertes y en zonas tan bajas, que ni Hollyfield se podría haber recuperado, mientras que el réferi está más ciego que un topo en medio día.
Los golpes van y vienen, mientras que en la esquina de Pablo Pueblo los trompadachines observan como algunos pugilistas se están aprovechando de la pandemia para meter mano a diestra y siniestra.
La situación tiene molestos a varios sparrings que han visto como los campeones exigen sacrificios y austeridad a sus pupilos, mientras ellos hacen de las suyas en otros coliseos, lo que está mancillando la poca confianza que la fanaticada les tenía.
Expertos del deporte vaticinan un panorama sombrío para lo que queda del año, pues con los gastos y deudas que ha traído la cartilla coronada, y para rematar los chanchullos de algunos pugilistas de alto calibre, poco Panamá va a quedar cuando pase todo esta tormenta.
El pleito está candela y todavía falta más.