Opinión
Qué bueno es saber que ‘Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos', y que hoy puede SORPRENDERTE
No hay SORPRESAS, sino SORPRENDIDOS', dice el viejo aforismo que, como el ungüento chino, se usa para todo, ya sea para la política como para el deporte, y más. Nos transmite la idea de que las SORPRESAS son cosa común, tanto así: que ya nada SORPRENDE.
Incluso, en tiempos de Jesús hubo milagreros, hombres que comúnmente hacían cosas SORPRENDENTES; por ejemplo: Joní HaMeaguél -que hacía llover-, y Teudas -que sanaba enfermos-.
Sin embargo: no había SORPRESA ni SORPRENDIDOS. Jesús, en tanto, sí SORPRENDÍA e IMPACTABA a la gente. La Escritura relata que con Jesús ‘la gente se MARAVILLABA, y decía: nunca se ha visto cosa semejante en Israel; el mudo habló; y la gente se MARAVILLÓ; se MARAVILLABAN, diciendo: bien lo ha hecho todo; se ADMIRABAN de su doctrina, porque su palabra era con autoridad'.
Qué bueno es saber que ‘Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos', y que hoy puede SORPRENDERTE, MARAVILLARTE, ASOMBRARTE, IMPACTARTE tal como lo hacía antes, y lo hará en el futuro. Pero, ¿estás dispuesto a dejarte MARAVILLAR?
Vamos, no importa el tamaño de tu problema o de tu sueño: ‘confía en Él; y Él hará', se encargará de la SORPRESA que IMPACTARÁ y transformará tu vida. ¡Déjate ASOMBRAR por el Todopoderoso! Esa es Su especialidad: que haya SORPRESAS y SORPRENDIDOS.