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Opinión

Corrupción

Corrupción

sábado 5 de noviembre de 2022 - 12:00 a.m.
Alfonso Fraguela
opinion@elsiglo.com.pa

Podría enumerar actos reprochables ocurridos recientemente pero agotaría la paciencia, de ustedes mis lectores.

La Real Academia de la Lengua Española nos define la palabra corrupción como "Deterioro de valores, usos o costumbres", condiciones que vivimos a diario, y que por su cotidianidad han pasada frente a nosotros como algo normal, cuando evidentemente no lo es.

El deterioro de los valores lo vemos en todos los escenarios privados y públicos que al final causan daño, porque buscan obtener un beneficio rápido sobre otros, que en condiciones normales no lo alcanzarían.

Nuestro país ha dejado de ser foco de atención por logros realizados en la ciencia, matemáticas, tecnología para ocupar un sitial privilegiado dentro de los países más corruptos del Planeta.

Lo que era inimaginable se ha convertido en el pan nuestro de todos los días. Muchos han perdido la esperanza, ya que no hay resultados y no hay sancionados ni mucho menos responsables de esos actos que descomponen nuestro nación.

Es importante destacar que no solo debemos pensar que estamos frente a actos de corrupción cuando alguien te pide algo a cambio de una cosa. Hay corrupción cuando no hacemos lo que debemos hacer, y eso que debemos hacer se enmarca en la moral y las buenas costumbres.

Podría enumerar actos reprochables ocurridos recientemente pero agotaría la paciencia, de ustedes mis lectores. Pero lo que sí debo citar es las palabras del Arzobispo de Panamá en la homilia del Te Deum por los 119 años de vida Republicana. 

"Lamentablemente nuestra patria tiene heridas profundas por la corrupción. Dejemos de verla como algo "normal" o como parte de lo cotidiano. Empecemos a verla como lo que es: un veneno. La sabiduría popular al describir a una persona inescrupulosa y corrupta suele usar una frase atrevida y dura: “Éste es capaz de vender a su propia madre"

De todo lo expresado, por la máxima autoridad de la iglesia católica en Panamá debemos rescatar la necesidad de retomar los valores enseñados en casa, y que deben ser afianzados a lo largo de la vida de cada individuo en las escuelas y universidades.

Ser corrupto no enaltece a nadie, es algo que deshonra la memoria de nuestros padres y madres, de nuestros abuelos y nuestros ancestros. 

Siempre hay tiempo para rectificar, y dejar una huella que honre nuestro paso por la vida, y ese momento es ahora.



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