Según la Real Academia de la Lengua, la palabra “promesa” significa ofrecimiento de cumplir con las obligaciones de un cargo. Durante la recta final de la campaña electoral del próximo cinco de mayo, he escuchado varias propuestas de varios candidatos a la presidencia que, en vez de entusiasmarme, me entristecen, porque da la impresión de que viven en otro país, que desconocen totalmente la realidad económica del país.
Me imagino que lo hacen para tratar de ganar adeptos en esa desesperación por ocupar la silla de San Felipe y tomar las riendas del país a partir del primero de julio de 2024, por un período de cinco años.
No hay que haberse titulado en economía de la universidad de Harvard, para saber: que Panamá enfrenta un grave problema en materia económica, que se acrecentó con la pandemia del covid-19 y, que ha ocasionado la disminución de empleos formales y, por ende, ese efecto también repercute en los afiliados a la Caja de Seguro Social.
El próximo inquilino de la calle cuarta, le espera una lista grande de problemas puntuales y por el cual debe tomar el toro por los cachos, desde el día uno: la recolección de la basura, la inseguridad, alto costo de la canasta básica familiar, el agua, electricidad, el desempleo, el fondo de Invalidez, Vejez y Muerte. El listado es mayor y estoy seguro de que de estos enunciados se originan otros.
Así que, un panorama nada halagador le espera al nuevo presidente que gane estas elecciones.
