El avión está con una ala cuesta abajo. Se habla de Primer Mundo como mentolátum, no obstante prácticas cotidianas son de quinto mundo. Y nos prometen el tercero. ¿4×9? No hay enmienda. El latrocinio y la impunidad nos han superado. “Siempre ha habido ladrones, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos...”Pónganse contentos, no amargados...Sin quepi ni amargura de chofer de funeraria.
El accionar político y la gestión pública son deprimentes, y una buena parte de la sociedad se baña sin ningún remordimiento en la playa del clientelismo, y ofrece lecciones y argumentos a los politicastros/as.
“Adhemar rouba, mais faz”, es la consigna de un político brasileño, Adhemar de Barros, quien alardea de la frase acuñada por un adversario político. En el Sao Paulo de mitad del siglo pasado. Cobra vida aquella frase en el Panamá contemporáneo de sobrecostos, enriquecimientos no justificados, peculados, comisiones ilegales, coimas, mordeduras, ñamería, mordidas, costos de pandemia y bates a precio de oro. Apliquen el código de enriquecimiento injustificado a un montón de gente, y entonces hablamos.
Latrocidas y sus seguidores son más. La impunidad se regordea y eructa.
¿Y qué decir de la administración de los cráteres solares? ¿Y del suministro de agua? Su ministro, el suyo.
Don Adhemar, siéntese en su sillón, y limpie las calles, recoja la basura, pinte los edificios, construya otros, emparche la carretera. Y vacune buco. Que ningún desgraciado se atreva a reclamar. Cerciórese de que estén contentos. Si hace algo, será aplaudido, incluso puede ser hasta condecorado por la población, y tiene licencia para saquear. Saquee, pero haga. No como esos inútiles que no hacen ni roban, o que solo roban o hurtan -que no es lo mismo- o que roban sin echar ni un quintal de asfalto sobre la vía.
Como describió Pink Floyd, británica banda rockera psicodélica, anterior al Brexit, la masa estará ‘confortablemente adormecida’, y no se percatará de que algo bueno se está moviendo.
¡Viva la administración entrante hasta nuevo aviso! ¡Viva el chofer de funeraria! ¡Viva el Rolex robado y el por robar! ¡Viva el tráfico de chorizos! Una botella de seco en honor de quien manejará la carroza con mis despejos. No es tráfico; no es engaño ni peculado: es mi lápida: vi, me fui y venció la impunidad.
“Si hace algo, será aplaudido, incluso puede ser hasta condecorado por la población, y tiene licencia para saquear. Saquee, pero haga.”
