La peste es la culpable

Cortizo copia y pega sus discursos. Ese rosario de obras que enumeró esta semana ante el pleno legislativo, y que fue aplaudido por sincronizada barra, ya lo conocíamos. Hasta la dicción del semestre anterior. Buena nota, a diferencia del fracasado lector presidente de la Asamblea. Líder del cancaneo. Lo oí decir que tenemos muchos desafríos. Con la erre incrustada. Así es el reto que tiene él.

De Colón escuché la rethaíla presidencial, y ni el estadio ni el hospital ni hada avanzan, ni siquiera los informes presidenciales anteriores. Quien asiste a Cortizo lo asiste. Bien hubiera funcionado ese discurso para la época de la Patria Boba, cuando no había redes sociales ni internet. Hoy cualquier internauta puede verificar que aquel rosario con tufo de carta al Niño Dios no pasa de ser palabra altisonante con barra complaciente ni sé por qué y que pudo haberse ufanado dando la espalda al saliente gobernante.

El 2 de enero, día en que se cumplieron 68 años de magnicidio del presidente Remón, el presidente de hoy ni siquiera lo mencionó, pero responsabilizó del fracaso de su gestión, con mínima popularidad, a todos los males mundiales, no solo la peste, que retorna, sino también a la guerra desatada por Rusia en Ucrania. Faltó responsabilizar los ataques Hamas/Israel y los terremotos de Turquía y Siria, y el más reciente de Japón, con amagos de tsunami. Presidente Cortizo tiene todas las coartadas, y ni se entera de la nueva nación surgida del estallido social de octubre y noviembre de 2023. Bien por él que lo pasó por alto.

Cortizo afirma que la justicia es el sostén de la democracia, al informar sobre el reciente fallo supremo sobre las 25 ilegalidades del contrato ley con Quantum, que él rubricó en forma rauda el 20 de octubre. Ese fallo es similar a los dos anteriores, publicados en 2021, que no tuvieron igual promesa ni cumplimiento por su Gobierno y, al contrario, Quantum fue dejado a sus anchas. Algo huele mal en Dinamarca.

Se ufana de respeto a la libertad de expresión porque no haló oreja de medio o periodistas, si bien no ha dirigido un gobierno que le importe ofrecer la información pertinente al público ni alimentar con aquella indispensable los canales oficiales digitales, que es igual al desenfrenado bombardeo propagandístico.

Periodista y académico

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