¡Nueva edición del sainete presupuestario!

Por el acto Constitucional de 1983, en la Constitución existe un capítulo (artículos del 267 al 278) dedicado al Presupuesto General del Estado, con normas precisas, para ordenar una materia esencial para el funcionamiento del estado. Pero el propósito de evitar las distorsiones y las negativas consecuencias para el manejo de las finanzas públicas, producto de las normas que facultaban a la Asamblea para ‘decretar' el gasto público, ha sido anulado con el manejo tergiversado que de ellas ha hecho la Asamblea Nacional que, de hecho, las ignora o las aplica en sentido opuesto al mandato constitucional.

Eso es precisamente la reedición del sainete de las ‘vistas presupuestarias', nuevamente en curso en la Comisión de Presupuesto, por la que volverán a desfilar ministros, magistrados, rectores de entidades autónomas y semiautónomas y de cuanta institución pretenda conseguir que la Comisión de Presupuesto, satisfaga sus aspiraciones de mayor presupuesto.

El artículo 267 constitucional dice así: ‘Corresponde al Órgano Ejecutivo la elaboración del proyecto de Presupuesto General del Estado y al Órgano Legislativo su examen, modificación, rechazo o aprobación.'

Aunque esa norma pareciera otorgar a la Asamblea facultad ilimitada para modificar el proyecto del presupuesto, el artículo 269, que la Asamblea ha ignorado olímpicamente, se introdujo para evitar la repetición del ‘sainete de las vistas presupuestarias' en la Comisión de Presupuesto.

El artículo 269 dice así: ‘El Órgano Ejecutivo celebrará consultas presupuestarias con las diferentes dependencias y entidades del Estado. La Comisión de Presupuesto de la Asamblea Nacional participará en dichas consultas.'

Con esa norma se buscaba, precisamente, evitar que se produjera el lamentable espectáculo que de manera invariable se ha repetido en la Comisión de Presupuesto, que no asiste a esas consultas, para después forzar que, ante ella, concurran los mismos magistrados, ministros y rectores de los entes descentralizados, cuyas aspiraciones presupuestarias fueron analizadas en las vistas celebradas por el Órgano Ejecutivo.

El sainete de las vistas, que se repite todos los años en la Comisión de Presupuesto, aparte de distorsionar la clara intención de los constituyentes, es un espectáculo bochornoso que solo sirve para dilatar el proceso presupuestario; y, de hecho, se ha convertido en un instrumento para que los diputados negocien aspiraciones personales.

ABOGADO