Voy aprovechar que es Viernes Santo para dar algo de docencia sobre el manejo de crisis, tomaré como ejemplo el lío mediático causado por la presunta desaparición de Catherine, la princesa de Gales, desde la visión de una relacionista pública. Si bien hay tendencias de RRPP que señalan que el manejo fue el correcto, la forma en cómo se llevó el asunto no es lo que aprendí en la universidad en los años 80.
Cuando hay vacío de información éste se llena de rumores, nos repetía uno de nuestros profesores y es exactamente lo que pasó en este caso; luego del escueto y hasta un poco grosero, comunicado del 16 de enero el mundo quedó lleno de interrogantes sobre la salud de la princesa, de una vez saltaron muchas teorías, algunas absurdas y otras probables. El secretismo en el caso de la princesa contrasta con el manejo que se ha dado con respecto a la salud del Rey Carlos III, que ha sido más clara.
En estos tiempos, donde todos tenemos acceso a comentar en las redes sociales no se pueden evitar los rumores y teorías, aunque sean las más locas y la única forma de evitarlo es dando la información verídica controlando qué y cómo lo comunicamos, solo así evitamos que surjan rumores que tanto daño pueden causar; lamentablemente luego del comunicado de enero la casa real inglesa ofreció una foto tan retocada que no pasó los controles del internet y se formó el lío que ya conocemos.
Seguramente el caso de la princesa de Gales será tema de estudio en alguna facultad de Comunicación Social.
