• miércoles 30 de marzo de 2022 - 10:26 AM

Las elecciones internas del PRD

Lo he dicho en otras ocasiones el PRD de ahora no es ni la sombra de aquel partido que reinaba en los tiempos de los militares

Alguien definió los programas de migración como un crisol de razas. Antes de que apareciera esa frase ya se moldeaba en el Partido Revolucionario Democrático. Esa agrupación es aplaudida por muchos, pero, rechazada y odiada por otros.

Quienes sufrieron por los ataques y las persecuciones de Omar Torrijos jamás le van a construir un altar para poner allí al santo PRD. Ahora, los milagros pueden ocurrir. Antes y después de la invasión hablar de la Democracia Cristiana y el Partido Revolucionario Democrático era como decir el agua y el aceite.

Los dirigentes de ambas agrupaciones no se podían ver ni en pintura. El rencor que provenía de lado y lado era inmenso. Tan es así que luego del ascenso al poder de Guillermo Endara Galimany los del PRD rezaban… imploraban a Dios de rodillas para que a Endara no le pasara nada. Y cuando se corrió el rumor que los verdes iban a darle un golpe de Estado a Endara los del PRD bajaron todos los santos y recurrieron a cuanto macumbero encontraran en Darién y La Chorrera.

Después comenzó a crecer aquello de “hay que matar al gordito” y de nuevo los del PRD comenzaron a rezar el Rosario. Ellos le tenían terror a Ricardo Arias Calderón quien le tocaría asumir la presidencia en caso de que le pasara algo a Endara. ¡Y bien, comenzó el proceso electoral, luego del gobierno de Mireya Moscoso y el milagro se dio! La Democracia Cristiana, ante el asombro de propios y extraños, apoyaron la campaña que lideraba Martín Torrijos Espino. ¿Qué le vio Arias Calderón a Torrijos en ese momento? Dejaré que la respuesta la den aquellos que son más conocedores del “aunque usted no lo crea de Ripley.”

Las elecciones del domingo pasado fueron aleccionadoras. Me dicen que en los centros de votación se vivieron momentos parecidos a los de un proceso electoral nacional. Hubo mucha concurrencia. Algunos señalan que sobrepasaron el 50 por ciento, aunque una fuente cercana a ese partido me aseguró que el porcentaje fue menor. No sé a quien creerle, sin embargo, el movimiento de ese día sería el termómetro que nos llevaría a una percepción adecuada.

Lo he dicho en otras ocasiones el PRD de ahora no es ni la sombra de aquel partido que reinaba en los tiempos de los militares. Con aciertos y errores dan lecciones de democracia a pesar de hechos aislados. Es una agrupación donde existe el verdadero crisol de razas, con crisoles sociales, económicos y educativos. Así como te vas a encontrar a encumbrados como Aristides Royo, Ernesto Pérez Balladares o Nicolás González Revilla, también te tropezarás con Ramón Ashby, Senén Mosquera, Balbina Herrera, Raúl Pineda y muchos otros. Es un partido tutifruti. Allí te encontrarás personas de todas las tendencias y formas de ser. Habrá los de carácter tímido, como también los que tienen reacciones extremistas. El domingo salieron, como dirían los arnulfistas, “hasta de debajo de las piedras” a votar.

Esta agrupación surge de la mano del general Omar Torrijos Herrera. Hubo presiones, antes de la firma de los tratados, para que se permitiera el retorno de la democracia partidaria y Torrijos miró con eso que llamaba luces largas. El partido político fue legalizado por la resolución 590 del 3 de octubre de 1979 por el general Omar Torrijos Herrera, quien era jefe de gobierno de Panamá desde el golpe de estado de 1968.

La base ideológica del partido era buscar la igualdad para las personas de todas las clases sociales, que eran víctimas de la pobreza multidimensional y de la falta de oportunidades. La sociedad siempre soñó con unas elecciones donde se midieran Omar Torrijos Herrera y Arnulfo Arias Madrid, presidente derrocado el 11 de octubre de 1968 donde Torrijos tuvo destacada participación.

La muerte inesperada de Torrijos el 31 de julio de 1981 impidió que ese desenlace se diera. Lo más cercano que hubo fue en el proceso de 1999 donde la viuda de Arias Madrid se medía con el hijo del general… Martín Torrijos Espino. Al final Mireya Moscoso se impuso y revalidó la bandera presidencial que le quitaron a su marido en aquel golpe de 1968. El hecho de no pertenecer al PRD y de las múltiples críticas que le he hecho son factores que no van a obnubilar mi vista. Lo que pasó este domingo fue un ejemplo de mística, de disciplina partidaria y de una vocación clara de democracia interna.

Últimos Videos
comments powered by Disqus