• martes 30 de abril de 2024 - 12:00 AM

Campaña electoral: “tsunami de absurdos”

Dice el sociólogo Enoch Adames que en el actual espacio electoral “se ha construido un tsunami de absurdos, que expone al ciudadano-elector a ser timado una vez más” (LEP, 28/4/24).

Y es que, dado el desprestigio de los partidos políticos que han gobernado con viejos o nuevos nombres, los candidatos han optado por presentarse casi con poderes sobrenaturales para sacar del sombrero de mago las fórmulas que resolverían los problemas de los panameños. En el caso de los presidenciables: desde elevar el salario mínimo a mil balboas mensuales laborando solo 4 días a la semana (aunque 10 horas diarias), crear medio millón de empleos en 5 años, extender beca universal a prekínder-kinder y universidad o darla los 12 meses del año, pagar 5 balboas de luz eléctrica por mes, que cada casa cuente con un panel solar, construir un hospital para mascotas, habilitar una nueva ciudad universitaria, hasta construir un muro en la frontera Panamá-Darién.

Sin embargo, en su momento, los diversos candidatos a la presidencia -salvo una- estuvieron o están al frente del gobierno u ostentaban altos cargos en los mismos, viéndose envueltos en escándalos de corrupción, en represiones al pueblo trabajador o incurriendo en las prácticas de clientelismo que hoy critican.

Los economistas Juan Jované, William Hughes y la propia candidata Maribel Gordón han demostrado la existencia de una corrupción escondida de los sectores pudientes, que se manifiesta en su millonaria evasión fiscal y la falta de pago de las cuotas de la seguridad social; así como en los oligopolios de las corporaciones que brindan servicios públicos y abastecen de productos básicos, encareciéndolos, a la cual no se refieren el resto de los presidenciables. Así como tampoco a las limitaciones estructurales -incluyendo el incremento descomunal de la deuda externa- que impiden la materialización de sus megaobras prometidas.

Ninguno de los 7 de los 8 aspirantes al cargo presidencial ha planteado cambiar el modelo neoliberal basado en una economía transitista-rentista-extractivista, que crea la concentración de la riqueza y las grandes desigualdades y exclusiones sociales. De hecho, la mayoría de los candidatos aspiran renegociar el retorno de la minería a cielo abierto, así como promover cambios cosméticos para afrontar corrupción y clientelismo.

A pesar del sistema electoral restrictivo, consideramos que sólo la candidata presidencial Maribel Gordón tiene las cualidades y planteamientos de fondo para acometer los cambios que se requieren con su “Plan para la Vida Digna”, comprometido con un desarrollo económico sostenible y una real democracia participativa -previa una convocatoria de una Constituyente originaria-.

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