Opinión
Siento admiración y respeto por grandes personas cuya vida y trayectoria han dejado huella en la humanidad: Gandhi, Mandela, Tolstoy, María Magdal...
Siento admiración y respeto por grandes personas cuya vida y trayectoria han dejado huella en la humanidad: Gandhi, Mandela, Tolstoy, María Magdalena, Jesús. Todos ellos tienen en común que fueron coherentes con sus acciones y su pensamiento. Su vida guardaba relación con sus ideales, y eso produce un liderazgo natural, ya que se requiere mucha valentía y honestidad para que las acciones guarden fidelidad al pensamiento. Las personas coherentes son valientes porque son conscientes de que decir su verdad puede causar molestias y rechazo en otra gente. La mayoría de los seres humanos queremos tener buena relación con los demás, ser aceptados y pertenecer a un grupo. Muchas veces, decir nuestra verdad nos aleja de las personas. Me atrevo a afirmar que nos resulta agradable que nos rechacen por defender un pensamiento. Cuando una persona es coherente consigo misma y sus ideales, existe una fuerza que la impulsa a actuar más allá de la adversidad y el rechazo. Para poder soportar todos los obstáculos, se debe tener seguridad en uno mismo y en el ideal en que se cree. Esa seguridad la proporciona la propia trascendencia de la misión. La paz y el amor a un Dios son pilares. En casi todos los ejemplos, los personajes fueron muertos o perseguidos con violencia cuando defendían la paz. Otros obstáculos que enfrentar son la ignorancia y la discriminación. Estos seres son de una sola pieza, no había en ellos doble moral. Resulta fácil juzgar las cosas y los acontecimientos desde nuestra comodidad o conveniencia y que, cuando los hechos y las circunstancias cambian, igual cambie nuestra forma de pensar. Encontremos dentro nuestra verdad y seamos coherentes con ella.
ABOGADA, MEDIADORA, COACH