Opinión
El lobo pide auxilio en el bosque a un leñador para que le destrabe una pata de una rama. El hombre teme que el lobo se lo coma
El lobo pide auxilio en el bosque a un leñador para que le destrabe una pata de una rama. El hombre teme que el lobo se lo coma. Lo libera y el lobo lo mira con voracidad.
El lobo acepta que el hombre se defienda preguntando a la perra y a la yegua, que se declaran neutrales, mientras el zorro promete apoyo, aunque es un engaño. Perros hambrientos salidos de su cueva tratan de despedazar al leñador.
Haz bien y te pagarán con palizas.
Ante el estercolero de Gomorra, acentuado en los últimos años, bajo el paraguas de la AEVE y otros gremios magisteriales expusieron su pellejo y despertaron nuestro país con el retorno de la dignidad patria.
La ingratitud es una de las pestes humanas más despreciables, tanto como servidores públicos y empresarios corruptos, Frankistein del erario. Quienes hoy maldicen a los educadores huelguistas -emprendedores de esta nueva etapa antimafiosa- ni han podido entender la dimensión ni los alcances del presente estallido social y sus consecuencias.
La lección de los educadores ha sido con un método infalible, en el terreno, que no se olvida, y los tutores y padres de familia deben hacérselo entender a sus hijos y acudidos.
La clase durante un mes no fue en el aula, sino en la calle, con hidalguía, dignidad y tamborito.
Se habla de recuperar el tiempo perdido en el aula de los muchachos, y no está mal, si bien debemos alegrarnos por haber ganado ese tiempo en la calle.
Mi gratitud al educador panameño y a los riesgos asumidos. Loor a cada uno de ellos y a sus lecciones de calle.
– Si ya lo dice el refrán: «haz el bien, y te pagarán con palos».
Moraleja: «No te fíes de todas las promesas y recuerda que a veces el bien se paga con palos»
(‘El lobo colgado de un árbol' – Fábula popular francesa).
PERIODISTA, PROFESOR, ACADÉMICO