Espectáculos
Además de los bailes la cantante se faja trabajando en el campo
"La vida en el campo es muy bonita, pero también hay que superarse", dice la cantante Nerys Pérez, quien se ha convertido en una de las cantalantes favorita de los bailadores en los toldos.
Nerys no olvida de donde viene, además de ser apasionada por la música típica, también se desvive por seguir practicando la agricultura y la ganadería, actividades inculcadas por sus padres en la comunidad de El Tamarindo, en Santa Fe de Darién.
"Lo que bien se practica no se olvida, son cosas que he dejado de hacer por los compromisos que tengo en la ciudad capital", expresó.
Cada tiempo libre, Nerys no pierde la oportunidad de visitar su tierra. Allá cosecha, siembra y alimenta las reces, caballos, cerdos y gallinas. Ella no reniega de trabajar en el campo, sino que le pone empeño para apoyar a sus papás. Va con todo para la faena, solo que en la cosecha de maíz se le hace difícil recoger las mazorcas secas en medio del sol, ya que gana una tremenda picazón. Con las manotadas de arroz nadie le echa cuento, solo que en su adolescencia cortaba los granos con más constancia.
Cocinar las delicias tradicionales es otro de los gustos de la cantante, desde un sancocho con bastante ñame y culantro, hasta un exquisito arroz con pollo. Para ella no hay mejor comida que le de gusto a su paladar que un arroz blanco acompañado de puerco frito que tenga 'gordito'.
La darienita es la cantante y saloma del conjunto Manantial de Amor. También ha compartido su talento en el Plumas Negras.