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Para Víctor Suárez, entrenador de las panameñas, la ventaja del rival es amplia, pero no por eso bajarán los brazos
La selección femenina de Panamá asumirá este martes una misión casi imposible, a juicio de sus mismos hinchas: remontar una desventaja de 4-0 en el partido de vuelta de la repesca del Mundial que se jugará este año en Francia ante una formación argentina que no mostró fisuras en el primer encuentro.
Panameñas y argentinas se citarán en el 13 de noviembre en el estadio Rommel Férnández de Ciudad de Panamá cinco días después del encuentro que jugaron en Sarandí.
Las panameñas necesitan imponerse por 5-0 para sacar directamente el último pasaje de América al Mundial.
Para Víctor Suárez, entrenador de las panameñas, la ventaja del rival es amplia, pero no por eso bajarán los brazos.
"Lo que nos pasó en la ida fue inexperiencia y presión de jugadoras jóvenes de 18 a 20 años", expresó.
Estos dos factores, añadió, espera haberlos corregido para afrontar el decisivo partido de vuelta.
La formación panameña debe tener variantes obligadas, debido a que en la ida vieron la tarjeta roja la delantera Lineth Cedeño y la defensora Katherine Castillo.
"Aún queda un partido y estamos bien de ánimo, yo me siento bien y creo que podemos salir a ganar", dijo la central Yomira Pizón.
Carlos Borrello, seleccionador de Argentina, ha celebrado a su llegada a Panamá que todas sus jugadoras están a disposición, sin lesiones.
"Seguramente no habrá muchas variantes respecto de las once que comenzaron jugando en Sarandí", dijo.
Aseguró que, pese a la ventaja de 4-0, sus pupilas no pueden salir confiadas al campo de juego.