¡La niña de Coclé!

Ámbar Córdoba se gana el respeto de todos, por su entrega en el diamante

Ámbar Córdoba camina rompiendo barreras en el diamante, a sus 15 años se ha ganado la admiración de los amantes del béisbol, por la garra que muestra cada vez que está en montículo, un amor que inició a los 4 años.

‘Iba a ver a mi hermana a sus juegos de béisbol y me fue gustando', recordó sobre sus primeros pasos en el deporte.

Córdoba, fanática de José Altuve de los Astros de Houston, tiene el carácter para moverse en un mundo, dominado por niños, consiguiendo el respeto de todos.

‘Mis compañeros me tratan como si fuera su hermana, me respetan mucho y a la hora de defenderme me defienden', expresó sobre el ambiente que reina en la preselección juvenil de Coclé, en la que está fajada, buscando un puesto.

‘La cosa está dura jejeje, pero estoy dando lo mejor de mí para ver si me gano mi puesto y pueda representar orgullosamente la provincia de Coclé', dijo su claro objetivo con la ‘Leña Roja'.

Para ella su principal columna es su familia, que son los que más la apoyan en la grada.

‘Mi familia desde el día uno me han apoyado en este deporte, nunca me han dado las espalda y siempre me dicen que con esfuerzo y dedicación todo es posible que siga trabajando por lo mío. Y están orgullosos de mí por lo lejos que he llegado a pesar de ser una niña', mencionó emocionada.

Es una guerrera cada vez que está en el montículo.

‘Me gusta lanzar, porque es una de las posiciones en la que tiene más actuación dentro del juego y eso conlleva a mucho más responsabilidad y a mí me gustan los retos y disfruto cuando me esfuerzo para demostrar lo que puedo hacer en la lomita'.

Ámbar ha tenido que combinar sus estudios, con el deporte y por ahora lo ha hecho muy bien.

Se me ha hecho fácil, ya que, en primaria la escuela solo tenía turno en la mañana ya en secundaria si ha sido un poco difícil, porque mandan mas tareas, ejercicios, proyectos y charlas. Mi primer año fue a inicios de pandemia y me tocó la modalidad virtual, pero en segundo año me tocó en el turno de la tarde, eran clases virtuales, pero igual me mandaban muchas tareas y tenía que cumplir para poder ir a entrenar, tercer año me ha tocado en la mañana y me da tiempo de hacer las tareas e igual ir a entrenar y cumplir con mi deberes', explicó de su apretada agenda diaria.

Ella estudia en el colegio Rodolfo Chiari y en un futuro sueña con ser veterinaria.