Deportes
El club celebra su tercer título de la Serie A.
Osimhen obró el milagro y marcó el tanto del empate definitivo ante el Udinese (1-1)
Campeones. El 4 de mayo será recordado de por vida en Nápoles como el día en el que volvió a tocar el cielo, conquistando un 'Scudetto' histórico que se resistió en los últimas jornadas pero que llevaba teniendo dueño desde febrero.
Osimhen obró el milagro y marcó el tanto del empate definitivo ante el Udinese (1-1) que certificó la gloria para todo un pueblo ávido de una fiesta que encontró, por fin, por tercera vez en su historia.
Terminó la larga espera del Nápoles y de la ciudad que lleva su nombre. Porque Nápoles, al menos estos días, no es una ciudad con un equipo, sino un equipo con una ciudad detrás. Fueron demasiados 33 años sin poder celebrar nada, pero, aunque lejos de casa y con susto, la ciudad porteña volvió a sentirse grande, más todavía.
Seguro que a los napolitanos les hubiera encantado certificarlo con una goleada en casa, pero seguro que tampoco se hubieran imaginado este día a principios de temporada.
‘Mi mayor emoción es ver felices a los aficionados napolitanos. El problema fue llegar hasta aquí, pasaron por ciertos momentos de su vida pensando en este momento. Esta gente tiene derecho a vivir estos momentos. Ahora me siento más tranquilo, lo he conseguido, la felicidad acaba aquí', declaró, Luciano Spalletti, técnico napolitano.