Édgar Macías, el 'Tiburón' bajo el tablero

Fue un jugador al que jamás le intimidó la altura de su contrario, cuando de tomar rebotes en encuentros cruciales se refiere.

Édgar Macías no era un jugador alto para la posición que desempeñaba sobre el tabloncillo, pero su habilidad, desplazamientos y movimientos bajo el tablero lo convirtieron en uno de los más notables en su posición.

"El Tiburón" fue el apodo que como un legado de honor y fortaleza al defender la camiseta nacional le dejó don Rafael "Chéquele" Samudio, a quien la manera en que Macías bajaba los rebotes le parecía "el aletazo del escualo".

Una gran historia

Como otros jovencitos a principios de los años 70, a Édgar Macías le llegó el baloncesto como el deporte de sus amores, inspirado por las hazañas de Davis Peralta, Pedro "El Mago" Rivas, Luis Sinclair, Julio Osorio y otros grandes canasteros panameños en aquellos años.

"A los doce años, fui a jugar en la cancha que quedaba al lado de la piscina Frank Austin en El Chorrillo. Eran birrias, y nos medíamos a jugadores como Norris Webb, Aristides Callender y muchos otros que nos superaban en experiencia. Con ellos aprendimos a jugar y ellos legaron sus experiencias en la cancha", cuenta "El Tiburón".

Estudió en el Primer Ciclo Bonifacio Pereira y jugó baloncesto bajo las órdenes del profesor Ezequiel Morales; de allí pasó al Instituto Comercial Panamá, donde fue uno de los pupilos del profesor José Rugama

Pero quien vio verdaderamente el potencial del joven jugador fue el profesor Juan "Chachi" Torres. Esa visión se transformó en una gran realidad años después.

Por aquella época, el baloncesto era uno de los deportes que mayor afición llevaba a los gimnasios. La Liga Intercolegial entre las escuelas y colegios públicos era uno de los torneos preferidos, por la calidad de sus jugadores.

Primer gran torneo

En 1978, Edgar Macías tuvo su primera oportunidad para representar a Panamá en un torneo internacional. Fue el certamen de clasificación para el campeonato mundial juvenil. celebrado en México.

"Recuerdo que estuvimos en ese equipo Mario Gálvez, "El Ñato" Aguilar, Aníbal Ariano, Cirilo Escalona, Enrique Grenald, Joaquín Carrasquilla, Daniel Viáfora, Héctor Montalvo Jr y Vicente Brown. Fui el tercer mejor anotador en ese torneo", señaló.

El Mundial se jugó en Brasil, y Panamá no pasó a la siguiente ronda. Ante los Estados Unidos, se midió al entonces universitario James Worthy, quien sería una gran estrella en la NBA.

En el equipo mayor

En 1981, Macías es llamado a la selección mayor, donde una lesión en el tobillo le impidió jugar el Centrobásquet celebrado en Puerto Rico y donde Panamá resultó el campeón, clasificando al campeonato mundial del año siguiente.

Hubo un torneo especial, jugado en 1983, que se llamó "El Mundialito", donde Panamá jugó ante Estados Unidos, Rusia y España; de este certamen, "El Tiburón" tiene gratos recuerdos.

"Aquí estuvieron jugadores como Alfonso "Flexible" Smith, Ernesto "Tito" Malcom y Fernando Pinillo, entre otros seleccionados nacionales. Recuerdo el partido ante Rusia, que tenía a Wladimir Tkachenkon y Arvydas Sabonis, entre otros. Les anoté 36 puntos a esos gigantes", recordó el atleta.

La gran consagración llegó en 1985, cuando formó parte del excelente equipo panameño que ganó el Centrobásquet en República Dominicana y la clasificación al campeonato mundial celebrado en España.

Trayectoria y anécdotas

Fuera de la selección nacional de baloncesto, Edgar Macías jugó en ligas semiprofesionales en El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, donde sus equipos quedaron campeones; además, fue contratado para jugar en Chile, Argentina y Colombia, país en el que ganó el campeonato para el equipo de Antioquia.

De los tantos recuerdos, "El Tiburón" Macías contó la ocasión en que Luis Sinclair le llamó para resolver las cosas.

"Era el partido final ante Cuba, teníamos que ganar por nueve puntos para ser campeones, pero estábamos perdiendo por nueve puntos al terminar la primera mitad; "Bebito" Sinclair era el asistente del entrenador Jim Baron y me dijo: 'aquí es donde se separan los hombres de los niños, tienes la oportunidad aquí, y ahora".

Macías no defraudó. Sus once puntos y 12 rebotes ayudaron a Panamá a ganar el partido, para ser los campeones juveniles en 1978.

Actualidad y futuro

Édgar Macías trabaja desde hace muchos años en la Caja de Seguro Social, donde es un funcionario altamente eficiente.

Esa eficiencia es la que a "El Tiburón" le gustaría que se apreciara en el baloncesto panameño actual.

"En los años 80, Panamá tenía tres selecciones nacionales en el baloncesto mayor. Había un circuito superior, baloncesto intercolegial en los colegios públicos y un alto nivel competitivo. Hoy, el baloncesto estudiantil solo está en un torneo para colegios privados y hay muy poca actividad en las escuelas y colegios públicos. Los jugadores se pierden, porque no han ni monitoreo ni seguimiento a los valores emergentes. En la categoría mayor, no tenemos un equipo base; hay buenos jugadores como Trevor Gaskins; pero no puede estar en Panamá porque no hay una liga permanente. Se han hecho intentos, pero sin una base, no habrá resultados. Por otro lado, no tenemos un jugador de calidad en la posición cinco (pivot), ese es un jugador fundamental en un esquema de juego. Hace falta mucho trabajo en las bases, formación, crecimiento, desarrollo y seguimiento", opina Macías.

Un apretón de manos virtual selló la conversación con Edgar "El Tiburón" Macías, quien cree que no sería entrenador, pero sí alguien capaz de enseñar baloncesto y desarrollar talentos, si le dan la oportunidad de hacerlo.