Curiosidades
Carlos era un chico de apenas 24 añitos, que tenía una novia con la cual llevaba una relación de cinco años
Carlos era un chico de apenas 24 añitos, que tenía una novia con la cual llevaba una relación de cinco años. Pero no había algo que le gustara más a Carlos, que bailar típico.
Lamentablemente, la novia tenía dos pies izquierdos, ni pa'lante ni pa'atras y ni siquiera escuchaba las canciones que a Carlos lo ponían a bailar.
Con un grupo de amigos, Carlos se iba de baile en baile, y su novia, se quedaba en casa, solo aguardando que su amado le escribiera para saber como le había ido en los bailes y si había tirado algunos pasos con alguna dama.
El joven, como era muy recto, siempre iba con la verdad por delante con su pareja.
Un día, una de las amistades con las que Carlos se parrandeaba, llevó como invitada a una chica de cabello rizado negro, con un cuerpo monumental, para su pequeña estatura, pero que cautivaba la mirada de cualquiera. Su nombre era Ariadna.
Tanto Carlos, como sus amigos quedaron boquiabiertos, pero ¿quién se llevaría el honor de levantarse a la joven de cabello rizado?
Tras ponerse de acuerdo con sus amigos, Carlos se tiró al ruedo y la invitó a bailar.
Ariadna que no le fue indiferente, aceptó y al ritmo de Ulpiano Vergara, bailaron toda la noche.
Pegaditos y abrazaditos disfrutaron cada pieza que sonó en el toldo. El joven quedó cautivado con el baile y fue un click instantáneo. Intercambiaron números y tras el baile continuaron viéndose.
Pero Carlos no sabía como manejar la situación pues era la primera vez que cometía una infidelidad.
Tras el paso de unos tres meses, Carlos mantenía una relación con ambas damas y se rascaba la cabeza porque sabía que en algún momento algo malo iba a pasar.
Un buen día se armó un trip para un baile, pero por cuestiones del destino a la novia de Carlos se le antojó ir.
Lo que el joven no sabía es que Ariadna, también iría, pero ella quería darle la sorpresa. Así que se puso de acuerdo con su amiga para que no le dijera nada a él.
El día del evento llegó, el baile estaba de par en par. Carlos y su novia ya estaban instalados en la mesa y de repente ¡zaz! Llegó Ariadna, quien lucía un pantalón blanco pegadito, con una blusa despampanante mostrando sus atributos.
Carlos quedó frío del impacto de ver Ariadna y como dice el dicho: ‘Ojo de loca no se equivoca', la novia de Carlos entendió de inmediato lo que estaba ocurriendo.
Tanto Ariadna, como la oficial, se tiraron un par de miradas de odio. Pero Ariadna no iba a caer en bajezas de pelea, ella, simplemente, decidió disfrutar la noche. Por otra parte la novia de Carlos estaba que no la calentaba ni el sol, y aunque este le juró y le perjuro que no había pasado nada, la chica no le creyó.
Tras un par de cervezas, la mujer se alocó, pues Carlos no podía evitar mirar a Ariadna quien bailaba como una diosa.
Al final la mujer, no aguantó más y agarró a Ariadna por el cabello, y en la mitad de la pista quedaron las dos mujeres dándose golpe, aruñadas y jalones de pelo. Mientras que Carlos, atónito, no reaccionaba. Y desde la tarima el animador decía seguridad: ¡Separen a las damas, que al caballero se le juntó el ganado!