Curiosidades
De mal agradecidos está lleno el infierno'.
Reza el refrán: 'De mal agradecidos está lleno el infierno'. Este dicho se refleja en la historia de Teodoro y Cristina, a quien este hombre le crió sus tres primeras hijas y la cuarta fue propia.
Teodoro, manejaba bus colegial, el dinero que ganaba era suficiente para mantener a su familia, la otra parte la aportaba Cristina, una maestra del interior, pero ambos vivían y trabajaban en la capital.
Como pareja de Cristina y con años de relación, Teodoro ya conocía a toda la familia, sin embargo, la mamá de Cristina empezó a visitarla, y en una de esas visitas apareció con un supuesto hijo, hermano de Cristina, quien, aparentemente, no frecuentaba a su madre. Ese era Marcos, un hombre no muy agraciado, pero por la plata baila el mono, trabajaba en una de las empresas mejor pagadas en Panamá.
De vez en cuando, los fines de semana, Marcos viajaba desde el interior junto a su madre a visitar a Cristina, algunas veces se quedaban a dormir para compartir en familia.
Las hijas de Cristina y de Teodoro le llamaban tío a Marcos, quien sin tener reparo en algunas ocasiones salía con Cristina y las niñas para comprarle lo que necesitaran.
El tiempo fue pasando y las vistas de Marcos y su madre, a casa de su hermana se hicieron cotidianas. Teodoro no sospechaba absolutamente de lo que se podía desencadenar en un futuro, pues tenía confianza al tratarse de familia.
Bueno, hubo muchos gratos momentos compartiendo entre todos, hasta que un día Teodoro descubre que Marcos, el supuesto hermano de Cristina, mintió con el parentesco, ya que era su amante, alcahueteado por su madre.
Teodoro se volvió loco, al descubrir el desastre, queriendo arrancar su carro y estrellarse. Por consejos de algunos familiares, recogió todo y se fue de la casa.
Al parecer, Cristina se alegró de lo sucedido pues la salida de Teodoro le sirvió para abrirle las puertas a Marcos.
Él se mudó a vivir con ella, y con la buena posición económica le remodeló y amobló la casa a su amada, quedándose feliz con el ganado, como dueño de las cuatro paredes.