Curiosidades
No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan es un dicho que a Elena le daba igual
No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan es un dicho que a Elena le daba igual. Pues ella quemaba a su marido sin importar que la vieran o no los vecinos.
Ella sabía que Marcos, su esposo, le creía ciegamente. Al punto que se inventó unos cuentos de que los vecinos la envidiaban y por eso era mejor no tener comunicación con ellos.
Lo que Marcos no sabía, era que Elena se estaba cuidando de que un vecino le comentara a él que estaba siendo pasado por la parrilla.
Elena no lo quemaba con una sola persona, sino con varios. Cuando Marcos salía rumbo al trabajo llegaba Juan, un joven de 18 años. A ella le gustaban los pelaítos.
Así como entraba Juan, llegaban otros dos jovencitos, que a duras penas superaban los 21 años.
Pero lo que no sabía Elena era que a su marido le estaban calentando la oreja y le habían pedido su número.
Y es que más de dos en el barrio lo querían para ella, una era María. Una joven de piel canela muy linda por cierto. Marcos no se veía mal, un tipo blanco de ojos claros y además, lo catalogaban como un hombre trabajador que ganaba muy bien en su empleo.
María sabía las travesuras de Elena y no dudó en ponerle una trampa. Pues cuando metió a Juan a la casa le aviso a Marcos para que viera en lo que andaba su querida esposa.
Al llegar Marcos a su casa vio a Elena en los brazos de su amante. No dudó en agarrar a golpes al joven y sacar la ropa de su mujer a la calle por sinvergüenza.
Ella quedó sin nada y regresó a la pequeña casas de sus padres. Le tocó ver como Marcos la superaba y llevaba a vivir a María a la que un día fue su hogar.