Curiosidades
Los caprichos de Felipe Trujillo se cumplieron después de que llegó a la presidencia de la asociación estudiantil universitaria.
Los caprichos de Felipe Trujillo se cumplieron después de que llegó a la presidencia de la asociación estudiantil universitaria.
Mediante votos fraudulentos y la bendición del presidente saliente, el muchacho de tan solo 19 años coronó una de las arcas más jugosas.
¿Cómo lo sabemos? Porque su compañeros comenzaron a ver cambios significativos en la economía de Felipe.
Reemplazó sus calzados quiquiriquí por zapatos de cuero. Todo un 'gentleman'.
A eso se le sumó el hecho de que por sus "reunioncitas" tenía que ausentarse de clase.
"¡Qué hueso" , decía Lineth, su compañera de clases.
Esa muchacha era alumna destacada y le molestaba ver como Felipe igualaba su promedio en la clase de Español, gracias a la solidaridad del profesor de la materia.
Por eso, en uso de su inteligencia y sin contarle a nadie, Lineth solicitó información a la rectoría para conocer cómo fisgonear las cuentas públicas que manejaba el próspero muchacho.
Decepcionada quedó cuando se enteró que había plata para desarrollar iniciativas que nunca llegaban a realizarse, porque los dirigentes estaban enfocados en otras cosas.
Por ello, emitió una nota solicitando una auditoría e investigación por supuesto peculado. Sin embargo, nadie le paró bola.
Enemistada con su compañero de clases, decidió dejar pasar esa injusticia por alto.
Se graduó y estudió Derecho y luego docencia superior.
Lineth tuvo una hija llamada Librada.
25 años después de su salida de la facultad escuchó a su pela'a hablando de un menta'o Felipe.
El muchacho, ya ni era muchacho. El señor todavía ostentaba de su presidencia y lo peor, ni con la benevolencia de los profesores había terminado su carrera.
Es que para él era todo un negocio lo que hacía. Además, movimientos externos le pagaban para que tirara piedra en la calle.
Indignada, Lineth utilizó sus recursos para pedir nuevas votaciones. Su hija, como candidata, fue la ficha que necesitó para destronar al enquistado líder estudiantil.
El problema fue que quienes lo remplazaron llegaron con sangre en los ojos. Sus gestiones fueron iguales o peores. Demostrando que, al parecer, el cargo corrompe.