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Crónica roja

Su hijastro lo asesinó a puñaladas por un plato de sopa

Su hijastro lo asesinó a puñaladas por un plato de sopa
Fotografía El Siglo

En

domingo 17 de julio de 2022 - 12:00 a.m.
Leadimiro González C.
lgonzalez@elsiglo.com.pa

Crimen ocurrió en la década de los 90 en una casa en Veraguas

A llá, por la década de los años 90, en la tranquila comunidad de Ponuga, en la provincia de Veraguas, ocurrió un crimen que tuvo como móvil la discusión por un plato de sopa.

Según los periódicos de crónica roja de aquella época, Albis Pinzón, un joven callado y tolerante, de 29 años de edad, no soportó que su padrastro le prohibiera comer la sopa de huesos que su madre había cocinado y en un momento de rabia le cortó el abdomen a su padrastro José Félix Sandoval y lo mató.

Amalia Aparicio, madre de Albis y de otros dos retoños, había conocido a José Félix con quien empezó una nueva vida.

A José no le importó que Amalia tuviera tres hijos y los aceptó como suyos y le prometió amor eterno. Pero con el pasar de los años ese amor se fue apagando y los hijos de Amalia se convirtieron en la excusa perfecta para pelear con ella y maltrarla, al igual que a los hijos menores.

Amalia vivía en una pequeña casa en un terreno que le había regalado la familia con la que trabajó durante muchos años. Allí vivía con sus tres niños: Gloria, Rolando y Albis.

Al unirse con José construyó otra vivienda y Amalia tuvo cuatro hijos más con él: Alberto Emiliano, María Félix, José Félix y Margarita.

Pero no todo era color de rosas dentro de esta familia. Al parecer, José Félix golpeaba a Amalia cada vez que llegaba borracho y lo hacía delante de sus hijos. Los niños veían llorar a su madre y le pedían que se fueran, que les dejara la casa a José, que es lo que él siempre peleaba.

José Félix también celaba incontrolablemente a Amalia y hasta le había prohibido a Albis que comiera de lo que se cocinaba en casa.

El crimen

El crimen se desató un día que José Félix había estado tomando por varios días. Ese día, Amalia había cocinado una sopa de huesos con el dinero que se ganaba lavando y planchando para contribuir con los gastos de la comida, porque de otra forma su hijo Albis no podía participar de los alimentos que ella misma cocinaba. Esa era la determinación de José Félix y nadie lo podía contradecir, de lo contrario le caía a golpes a la pobre mujer.

Albis, que no contaba con trabajo fijo, ese día venía de la calle. Su madre que había ido a la tienda a comprar un papel se encontró con su hijo y le dijo que se sirviera un plato de sopa que había cocinado y que estaba muy rica. Pero cuando Albis llegó a la casa para comer, se encontró con su padrastro, quien le impidió que se sirviera la sopa.

-Si mi madre compró los huesos y cocinó la sopa, por qué no he de servirme – le inquirió Albis.

José Félix, que estaba bajo los efectos del alcohol, lo miró con rabia. Él no estaba dispuesto a que Albis comiera la sopa y en ese momento sacó un machete para amenazarlo.

Ante ese panorama violento, a Albis se le agotó la paciencia y tomó un cuchillo de cocina de 8 pulgadas y le propinó dos puñaladas en el abdomen a José Félix.

José, tras ser herido mortalmente, soltó el machete y cayó al piso en medio de un charco de sangre y con las tripas afuera.

Una vecina que había visto lo ocurrido llegó corriendo a donde estaba Amalia.

- Hay problemas entre tu marido y tu hijo – le dijo.

Amalia, desesperada, salió corriendo a ver qué había pasado y cuando llegó a la humilde vivienda vio a José Félix tendido en la puerta de la casa con un golpe en la cabeza y con las tripas afuera. José falleció minutos más tarde camino al hospital.

Albis, asustado tras el hecho de sangre, se escondió en la casa de un amigo, pero este le aconsejó que mejor se entregara a la Policía y Albis así lo hizo.

‘Fueron 20 años de soportar los maltratos de José Félix. Me golpeaba y en ocasiones llegaban los vecinos para impedir que me siguiera golpeando. Pero nunca lo dejé por mis hijos, porque también lo quería', contaría Amalia horas más tarde a la Policía.

Albis, tras entregarse, quedó detenido y fue enviado a la cárcel donde pagó su condena.

Fueron 20 años de soportar maltrato y no lo quise dejar por mis hijos y porque lo quería mucho', dijo Amalia a la Policía
 
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7 hijos

tenía Amalia cuando se desató el hecho violento en Veraguas

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2

fueron las puñaladas que recibió José Félix en el abdomen



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